¿Hay solución para la juventud paraguaya que no entiende lo que lee?
Las pruebas PISA del 2022 revelaron que 7 de cada 10 escolares
de 15 años en el Paraguay no comprende textos básicos. Los resultados en
Ciencias y Matemática, a pesar de ser bajos, mejoraron con respecto a los del
2017. Sin embargo, el nivel alcanzado en la lectura sigue aproximadamente igual.
La causa de esta situación requiere de un análisis más profundo.
El desinterés por la lectura nace en la casa. Regina
Castillo, representante de la UNICEF en Paraguay (2017-2018), afirmó que un
estudio realizado por la misma entidad concluyó que de cada 10 hogares
paraguayos, solo en 2 hay libros para niños de entre 0 y 5 años. Para realizar
esta investigación se tomaron en cuenta más de 8 mil hogares. Este hecho da
lugar a la deducción de que los padres no leen con sus hijos. La familia, base
de la sociedad y primera escuela de todo niño, no fomenta la lectura.
Efraín Martínez
Cuevas, periodista, escritor y ganador del premio Augusto Roa Bastos, enfatiza que fomentar una sólida comunidad de lectores
paraguayos requiere un esfuerzo conjunto desde el hogar y el entorno. Expresó que para ser un buen lector solo hace falta
desear leer. Dio a entender que promoviendo el deseo emerge la voluntad, consecuentemente
la acción y de a poco se forma el hábito.
Por otra parte, la neurocientífica Kristen Willeumier declara que una práctica de lectura
constante fortalece la capacidad para comunicarse; mejora el vocabulario,
razonamiento, concentración y habilidades de pensamiento crítico; promueve la
empatía, la percepción social y la inteligencia emocional, que son procesos
cognitivos que conducen a una mayor longevidad.
Con la
lectura, y posteriormente con la escritura, el pueblo paraguayo puede aspirar a
lograr mejores niveles de desarrollo, combatiendo el analfabetismo y la
pobreza. Pues los libros no solamente proporcionan información y educan, sino
también crean el hábito de la reflexión y el análisis.
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