PERSISTE LA POBREZA RURAL EN EL PARAGUAY: UN DESAFÍO MULTIDIMENSIONAL

 

Continúa siendo un desafío significativo la lucha contra la pobreza rural en el Paraguay. A pesar de su reducción observadas en los últimos años, la incidencia y la intensidad de la pobreza en las áreas rurales aún muestran una situación alarmante.

Es una problemática compleja que afecta a un número considerable de personas y caracterizada por diversas privaciones que van más allá de la falta de ingresos. Según el índice de pobreza Multidimensional (IPM) de 2023, la pobreza en las zonas rurales del país sigue en una significativa creciente en comparación a las áreas urbanas.

El IPM, mide la pobreza considerando varias dimensiones como: la educación, salud, empleo, y condiciones de vivienda, en el 2023 señala que el índice en las zonas rurales fue de 0,124, mientras que para el área urbana fue de 0,026. Este dato nos revela que las posibles privaciones afectan al 12,4% de la población rural que impactan a los pobres multidimensionales, una cifra considerablemente superior al 2,6% observado en las zonas urbanas.

En un análisis desglosado de los indicadores que nos proporciona la IPM, en las zonas rurales muestra que existen 3 factores principales, estos son los responsables del 45,76% del valor rotal del índice: la falta de servicios adecuados para la eliminación de basura (21,67), la falta de aporte a una caja jubilatoria (12,12%), y el uso de carbón o leña para cocinar (11,97%).

Existen otros factores cómo la inasistencia escolar, el acceso limitado a agua mejorada, servicios de saneamiento y el uso de materiales inadecuados en las viviendas también contribuyen significativamente a la pobreza en estas áreas. La combinación de todas estas problemáticas resulta en una alta incidencia de pobreza multidimensional, con el 33,09% de la población rural viviendo en condiciones de pobreza en 2023, una disminución desde el 37,44% en 2022.

La persistencia de la pobreza rural en Paraguay exige una atención continua y esfuerzos integrados por parte de las autoridades y la sociedad en general. Enfocar en programas que mejoren la infraestructura, la educación, el acceso a servicios básicos y las oportunidades laborales son fundamentales para lograr una reducción sostenida y significativa de la pobreza en las zonas rurales del país.