Falta de recursos: Una barrera para la educación en Paraguay
La falta de recursos para la
educación en Paraguay es uno de los mayores obstáculos para garantizar una
enseñanza de calidad en el país. A pesar de los avances realizados, el sistema educativo
paraguayo sigue enfrentando importantes deficiencias en infraestructura,
capacitación docente y acceso a materiales didácticos. Estas carencias se
agravan por la insuficiente inversión en el sector, que afecta de manera
directa el rendimiento escolar y las oportunidades de desarrollo de los
estudiantes.
Muy bajo. El promedio de años de estudio en el territorio
nacional es de solo 9,5 años, según reveló el Instituto Nacional de
Estadísticas (INE). El director del INE, Iván Ojeda, alertó en contacto con
Monumental 1080 AM que “además de que solo 9,5 son los años de estudios del
paraguayo, el analfabetismo es del 5,5% en la población nacional”.
El funcionario afirmó igualmente que la pandemia afectó de
diversas maneras a las familias en todo el territorio, según las estadísticas,
casi la mitad de los jóvenes desde los 15 años no pueden asistir a las escuelas
porque son excluidos por motivos económicos.
Los motivos familiares son la segunda carta de expulsión del
sistema escolar. Un 16,6% de los y las jóvenes que no asisten a algún instituto
no lo hacen por esta razón.
En términos presupuestarios, Paraguay destina alrededor del
3,5% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación, cifra que está por debajo
de la recomendación de la UNESCO, que sugiere al menos un 6%. Esta brecha
financiera tiene un impacto directo en la calidad de la educación ofrecida,
especialmente en zonas rurales, donde las condiciones son significativamente
peores. Según datos del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), en 2023 más
del 50% de las escuelas en áreas rurales carecían de infraestructura adecuada,
como aulas en buen estado, acceso a agua potable y servicios sanitarios.
Además, la falta de recursos también se refleja en la
escasez de materiales didácticos y tecnología. Un informe de 2021 del Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló que solo el 37% de los
estudiantes de primaria en Paraguay tenían acceso a libros de texto de manera
regular, y menos del 10% de las escuelas públicas contaban con laboratorios de
computación equipados. Esta falta de herramientas educativas limita
considerablemente las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes y contribuye
a las desigualdades educativas entre sectores urbanos y rurales.
Las brechas entre sectores también se ven reflejadas en
estos datos oficiales. En el sector urbano, los años de estudio en promedio son
de 10,7 en total. Mientras, en zonas rurales es apenas de 7,7 años de estudio.
La formación y capacitación de los docentes es otro aspecto
afectado por la falta de recursos. Según el MEC, en 2022 solo el 40% de los
maestros de educación primaria participaron en programas de formación continua,
lo que significa que gran parte del cuerpo docente no recibe actualizaciones
sobre nuevas metodologías pedagógicas. Esta situación impacta negativamente en
la calidad de la enseñanza, ya que los docentes no están suficientemente
preparados para enfrentar los retos del siglo XXI.
Durante el primer año de la pandemia, el INE consultó a las
familias sobre la población de 15 a 19 años que no asisten a alguna institución
educativa. Con las respuestas, concluyeron que 212.000 personas en esta franja
etaria no estaban acudiendo a colegios.
Las consecuencias de esta falta de recursos son evidentes en
los indicadores educativos del país. La tasa de deserción escolar en el nivel
secundario supera el 20%, según datos del Banco Mundial, lo que significa que
uno de cada cinco estudiantes no completa la educación media. Asimismo, el
rendimiento académico en áreas clave como matemáticas y lectura sigue siendo
preocupante. Según los resultados de las pruebas PISA 2018, Paraguay se ubicó
entre los países con los niveles más bajos de desempeño en la región.
La doctora en educación Sofía Scheid, también en contacto
con Monumental, lamentó los problemas que persisten y que incluso crecieron con
la pandemia del Covid-19. Habló de las urgencias que atender, como disminuir la
brecha tecnológica y trabajar por bajar el alto índice de exclusión educativa.
Recordó según los últimos estudios nacionales e internacionales, que 6 de cada
10 jóvenes no terminan la Educación Media.
Es decir, “de cada 1.000, 600 no terminan”, remarcó la
especialista. Para Scheid, uno de los dramas que no son atendidos desde el
Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). “La educación no está estructurada en
contenidos, está estructurada en habilidades. El MEC se preocupa en recuperar
contenidos, no se preocupa en las habilidades”.
“Estos datos reflejan lo que hace años se viene apuntando.
Siempre las zonas rurales, o la de los pueblos indígenas son las más golpeadas
y menos atendidas”, reflexionó. En el caso de Paraguay, lo educativo se refleja
igualmente en lo social, lo que se suma a escasas medidas para disminuir estos
índices.
la Unicef advirtió que el cierre de las escuelas por el
Covid-19 dejó al menos al 70% de los niños de 10 años sin poder leer o
comprender textos simples. El fenómeno se da principalmente en países en
desarrollo o de bajos ingresos. La Unicef también puso el foco sobre los
crecientes niveles de ansiedad y de depresión que se vinculan a la pandemia
desde inicios del 2020. Más de 370 millones de niños y niñas se vieron privados
de alimentación escolar.
En conclusión, la falta de recursos en la educación de
Paraguay es un problema estructural que requiere una atención prioritaria. El
aumento en la inversión y la gestión eficiente de los recursos existentes son
esenciales para mejorar la infraestructura, equipar a las escuelas y fortalecer
la capacitación docente. Solo a través de estas acciones se podrá asegurar una
educación de calidad que brinde mejores oportunidades para todos los niños y
jóvenes del país.
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